5.000.000 de espectadores hasta el momento. Una enormidad. Se trata, en realidad, de 5.000.000 de conexiones, lo que no es exactamente lo mismo. Pero sigue siendo una barbaridad. Es la cifra que Medici.tv proclamaba, con legítimo orgullo, hace un par de días al comentar el éxito que está representando la retransmisión en directo y el streaming en diferido de las pruebas de la 15ª edición de Concurso Chaikovsky. Y la cifra no sorprende a quienes nos movemos en las redes sociales, al observar cuántos posts y comentarios están publicándose en relación con esta retransmisión. Bastaría ese número para poner en entredicho la idea de que la música clásica no interesa. Este concurso está interesando, y mucho. Y este blog puede ser un buen lugar para realizar algunas reflexiones al respecto.

TCH15aLa primera tiene que ver con el la calidad esa retransmisión y la agilidad de la página web que la aloja. Informaciones sobre los concursantes, los jurados, las pruebas… todo está allí, listo para una consulta ágil y sin trabas. Las páginas se cargan al instante. Si posteas, sabes qué imagen y qué texto aparecerá, sin sorpresas. Si te conectas fuera de hora, te sale una cuenta atrás ideal para generar más expectativa. Y el hashtag para Twitter, #TCH15, es perfecto: corto y fácil de memorizar. Todos los detalles se han cuidado pensando en el usuario digital, anteponiendo el manejo a otras prioridades (a diferencia, por ejemplo, de lo que sucedió en 2010 con el Concurso Chopin). Además, el hecho de retransmitir simultáneamente los concursos de piano, violín, cello y canto, en lugar de dispersar la atención, crea sinergias y contribuye a que tantos estemos de algún modo involucrados en esto.

Leer más

Unos monos pianistas protagonizan un corto animado de seis minutos que está circulando por la red desde hace un tiempo. Un video simpático, muy bien hecho como todos los productos de la ESMA (Ecole Supérieure de Métiers Artistiques), que tiene los ingredientes ideales para ser compartido tranquilamente por todo el mundo, avalado por una moraleja que nos habla de espontaniedad, igualdad de oportunidades y necesidad de dejar atrás viejos sistemas de enseñanza. Todo muy políticamente correcto, y para quienes todavía no lo haya visto, aquí está el enlace. Sin embargo…

Como es habitual en los cortos de estas características (desde Disney y Looney Tunes en adelante, hay una larga tradición en esta dirección), la clásica es asociada de entrada con el aburrimiento, y lo es especialmente en este caso: la practican seres sumisos y sin ideas, guiados por maestros insufribles. Hasta que te topas con el swing. Sí señor: un swing que va camino de cumplir un siglo. Moderno, simpático y sinónimo de libertad, según parece. Insisto: no es la primera vez que asistimos a una jugada de este tipo, ni muchísimo menos. Pero como el asunto, esta vez, me ha llamado especialmente la atención, me surgen algunas pregundas. Dos, esencialmente.

MonkeysLa primera es evidente: ¿De verdad el mundo tiene esta impresión de nosotros? ¿Realmente somos un poco así, más allá de los tintes caricaturescos que el cine suele darle? Porque si ésa es la imagen, quizás quienes nos miran desde fuera tengan una parte de razón. Y entonces es para hacérselo mirar, la verdad. Los músicos que yo conozco, los realmente buenos, desde luego no son así. Pero cuando miro a ciertos alumnos de conservatorio, allí sí he visto, en más de una ocasión, esa sumisión, esa ausencia de chispa. Quizás sea la proyección del legítimo temperamento de cada uno. Pero es más que probable que ciertos sistemas de enseñanza no hayan ayudado a crear otras dinámicas y otra actitud hacia la música y hacia la vida. Tanto «mira bien lo que está escrito»; tanto «así no está bien»; tanto repertorio cuyo estudio se eterniza prolongándose durante meses; y poca lectura a primera vista, la improvisación más bien ausente, la música de cámara sentida (especialmente por los pianistas) como excepción y no como actividad habitual… Todo esto no ayuda, no. Por suerte muchas cosas están cambiando.

Leer más

Una plataforma integrada por personalidades de gran relieve en la vida musical española ha dado visibilidad esta semana a una serie de propuestas para resolver los grandes problemas que afectan a la educación musical superior en España. Se trata de una iniciativa importante, de la que son portavoces algunos amigos a quienes quiero y otras personalidades que aprecio muchísimo. 

ConservatoriogranadaEl contenido de los documentos que han circulado me deja, no obstante, con muchas dudas, en gran medida las mismas que ya me llevaron en 2012 a manifestar y argumentar mi posición al respecto en la conferencia inaugural del Congreso de Educación e Investigación Musical CEIMUS II. Elegí entonces aquel marco porque, además de ofrecerme la ocasión de compartir mis ideas con una comunidad especialmente numerosa y adecuada para ello, me permitía también disponer de tiempo y espacio para ofrecer la perspectiva histórica que sustenta mis principales reservas. Tuve entonces la sensación de que, con contadas excepciones, no se estaba entendiendo el fondo de lo que estaba comentando. Y la posterior publicación de las actas (diponibles online por el precio simbólico de 1€aquì) confirmó esa impresión: no hubo ninguna discusión en torno a los problemas que planteaba.

No estoy seguro de que ahora sí existan las condiciones para retomar aquellos temas, pero, ante la duda, vuelvo al ataque… Lo hago porque la propuesta que se acaba de presentar me parece necesaria y se merece todo mi aprecio, y también porque, desde aquel ya lejano 2012, han cambiado varias cosas. Entonces existía un excendido debate acerca de si los conservatorios tenían que entrar en la universidad, en la que estuvo en primera fila el querido José Luis Miralles. No se llegó, sin embargo, a involucrar a las principales instituciones del país. Ahora se aboga claramente por un modelo propio, paralelo al de la universidad, y la visibilidad de muchas personas implicadas augura que no se quede en una declaración de intenciones. No es improbable que se apruebe en las Cortes, en un futuro no muy lejano, una ley integral de la música en la línea de la que aquí se propone. Leer más