“El verbo leer, como el verbo amar y el verbo soñar, no soporta el modo imperativo», decía Jorge Luis Borges en una cita que ha circulado mucho por internet, y añadía: «Yo siempre les aconsejé a mis estudiantes que si un libro los aburre lo dejen; que no lo lean porque es famoso, que no lean un libro porque es moderno, que no lean un libro porque es antiguo. La lectura debe ser una de las formas de la felicidad y no se puede obligar a nadie a ser feliz«.

¡Qué hermosa manera de decirlo! Encontró la mejor entre todas las posibles, que para algo era Borges. Y esta semana esta frase ha vuelto repetidamente a mi mente, tras encontrarla en el muro de una querida amiga de Musikeon, Isabel Zuleta, a quien tanto aprecio no sólo por su pasión por la música, sino por su excelente blog, Impromptu: del canto a la palabra, que aconsejo seguir con interés. 

Leer como una de las formas de la felicidad… Una de las formas. Escribir: otra. Tocarcantarcomponerbailar… todas ellas pueden serlo. Al igual que tantas otras actividades humanas, artísticas y no.

Porque la frase de Borges se aplica a cualquier ámbito de nuestra vida: las formas de la felicidad son muy diversas, y sus variantes, infinitas. Pero no todas se ajustan a nosotros. Se trata de encontrar la nuestra: la forma de nuestra felicidad.

Escrito por Luca Chiantore (copyleft, abril 2013)